viernes, agosto 07, 2009

Aduanas...

Hay tantas cosas que contar que lo mejor será empezar por el principio... Y el principio de un viaje a Berkeley consiste en... ¡llegar!

Como el viaje surgió en el último momento (bueno, vale, en el penúltimo), las cosas hubo que prepararalas con cierta prisa. Me habían recomendado volar con KLM via Amsterdam pero, cuando me puse a mirar billete, el más barato era con Lufthansa. Sí, lo que oyes... ¡Hay momentos en la vida de uno que Lufthansa es la opción más barata! Así que por un módico precio (con unas cuantas cifras), tenía pasaje para un emotivo viaje de placer de doce horas de duración en una lata voladora Frankfurt- San Francisco, precedido de otro más breve desde Madrid a Frankfurt.

Conseguido el vuelo, lo siguiente era conseguir alojamiento. Pregunté a gente que ya habia venido y me comentaron, como si fuera lo más normal del mundo: ¡Búscalo en craiglist! Te invito a que te des una vuelta por esa web en la que la gente vende/alquila de todo. En Berkeley, como en Berlin, muchísima gente vive de alquiler, en pisos compartidos, habitaciones compartidas, salones compartidos... ¡He visto todo tipo de anuncios! Allí encontré el lugar en el que vivo, del que ya te contaré cosas. El dueño y su familia se iban de vacaciones así que, cuando les pregunté por la forma de entrar me dijeron que no había problema, que como a mi habitación se entraba desde fuera de la casa (como ves, el post Casa promete) me daba el código que abría la puerta del patio y ¡me dejaba las llaves debajo del felpudo! Como lo oyes... ¡mis llaves estuvieron tres semanas debajo del felpudo esperandome!

Pues ya con casa y vuelo... todo listo para viajar a U.S.A. ¡Ah! No... ¡que hay que conseguir que te dejen entrar! Renové el pasaporte (porque el mío no tenía chip), introduje los datos de mi casa de Berkeley en la web de la compañía aérea (ahora es obligatorio) y solicité el ESTA. ¡Todo parecía estar listo! Facturé en Madrid y me dieron tarjeta de embarque hasta San Francisco... ¡genial! ¿o no?

Porque...
... a pesar de introducir mis datos en la web de la compañía aérea, tuve que hacer una cola enorme para volverselos a dar en Frankfurt, para que me cambiaran la tarjeta de embarque por una válida para volar con una compañía americana (aunque el vuelo era de Lufthansa lo operaba United).
... a pesar de rellenar el ESTA, tuve que rellenar el papelico verde que te dan en el avión y entregarlo al oficial de aduanas, junto con una carta de invitación de los LBL para que me dieran un visado WB, que si no no se puede trabajar en un laboratorio nacional.

Pero bueno, tras eso, recoger la maleta, pasar la aduana, coger el BART adecuado para llegar hasta Berkeley y dar vueltas durante una hora con mi maleta por Berkeley, buscando mi casa, por fin la encontré, abrir la puerta del patio, subí por la escalera posterior, encontré las llaves debajo del felpudo... y descubrí que realmente, en este lugar son muy, muy hippies...

3 comentarios:

Gummy dijo...

Que grande Lucas!
Ya me contaras como se hacen todas esas cosas en caso de que algun dia necesite algo.

Cuidate mucho y no te desmayes trabajando.

Un abrazo!

Marta Salazar dijo...

toda una aventura!!!

los hippies son buena gente ;)

Anónimo dijo...

llegue a tu pag de casualidad pero estoy vianando con vos a travez de tus relatos hoy tengo un dia de esos que cuesta arrankar vio? jajajaj q te la pases super!!!