martes, agosto 19, 2008

Andante

Es curioso pero una de las cosas que más trabajo me ha costado en estos dos años es volverme a centrar en el trabajo. Supongo que el cambio Berlin-Madrid fue demasiado grande y, encima, los problemas personales absorbieron a los laborales. Si estar descentrado hubiera afectado sólo a mi trabajo, la cosa no hubiera sido demasiado grave: alguna bronca de los jefes y poco más. Pero tengo estudiantes de doctorado a mi cargo, y estar descentrado en esos casos sí que es un problema.

La parte burocrática del asunto nunca ha ido mal. Es lo que tiene el papeleo: lo haces, y punto.
La parte docente, pues a ratos, sobre todo el primer año. Este segundo, por millones de motivos, ha sido una pasada. ¡Y es que será difícil volver a tener alumnos en clase tan motivadores como los que he tenido este año!

Pero la parte investigadora... Meses sin tener una buena idea, sin ser capaz de seguir las que tenían los chicos en el labo, sintiendo que más que aportar, frenaba lo que ellos iban haciendo... Más de un día y más de dos tuve ganas de tirar la toalla, de decirles que buscaran a alguien que supiera dirigir aquello... Ahora, ¡nunca jamás escuché una sola queja! Todo lo contrario... En los peores días, era Manu el que me llevaba de cafés y cerves, mientras escuchaba una y otra vez mis penas.

Ahora que todo pasó me doy cuenta de que, en el fondo, era más de lo mismo. Yo, yo y yo, en un perfecto monólogo que quizás duró demasiado tiempo. Y tampoco quiero darle más vueltas ahora que, a pesar del año de decepciones laborales que llevo, por fin vuelvo a sentir de nuevo la fiebre de la investigación recorriendo mis venas.

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Escribir Cartas en este mes de agosto está siendo curioso. Me apetecía contarte lo que veía cuando miraba hacia atrás y al final es mucho más lo que no he escrito (pero me ha hecho sonreír al recordarlo) que lo que he acabado escribiendo (que también me ha hecho sonreír). Como siempre, gana la timidez...

El domingo me iré una semanita de vacaciones - ¡por fin! - así que, hasta ese día, aún me queda algo de tiempo para escribir Cartas mirando hacia atrás. En septiembre volverán cuentos pendientes, canciones, historias, futuros y risas...

2 comentarios:

Hairanakh dijo...

Es que a veces tiene que ser "yo". Para todo hay momentos en la vida.

(Y lo de los ciclos burocráticos, encerrado en papeleos, proyectos y planificaciones... a veces te atrapan sin más -- ¡ya te digo!)

Anónimo dijo...

Pues fíjate que pese a todo la impresión que me he llevado yo del Lucas de este año ha sido muy diferente.

Bueno, supongo que yo sólo he visto una parte pero recuerdo perfectamente pasarme cada dos por tres por el Departamento de Materiales y ver cómo me recibías para darme clases -gratuitas, jejej- de cálculo al tiempo que resolvías mil dudas de gente que pasaba por allí, leías un par de papers, hacías un par de visitas a los labos, te tomabas unas cerves, te reunías con tu jefa y organizabas el Día para la Esperanza...

Vamos, que capacidad de trabajo no te falta. Eres un puto crack. ¡Y eso estando en una mala racha! Hijo, no te quiero ni ver este año que viene... ¡vas a arrasar!