Regalos

Lo bueno que tienen los buenos amigos es que no importa cuando hace que no les ves. Siempre parece que fue ayer...

Por eso el viernes me parecía estar tomando té en cualquiera de los sitios que compartimos en Berlin, sentados en aquella mesa, con poca luz, hablando de nuevo de los temas de ahora y de siempre, disfrutando de tu compañía...

Por eso ayer me sentí de nuevo como en casa, como si el tiempo no hubiera pasado... porque aunque en los últimos meses han pasado un montón de cosas, lo sustancial sigue ahí, inmutable, resistiendo el paso del tiempo y la distancia... Al final, la cerve de siempre, el licor de siempre y las historias de siempre nos esperan, aunque haya pasado mucho tiempo desde el anterior encuentro...

Por eso, haber pasado de nuevo un ratito contigo ha sido el mejor regalo de Navidad...

Navidad

En un ratito apagaré el ordenador por unos días... No serán muchos, pero sí los suficientes para desconectar, coger el coche, algo de ropa y marcharme a ver el mar...

Me apetece compartir paseos y cerves con mis padres y mis hermanos, tocar la guitarra frente al mar, leer tranquilamente un libro, cocinar para todos y, simplemente, disfrutar de su compañía...

Seguramente andes preparando algo parecido, aquí o allá, con unos o con otros...
Estés donde estés y hagas lo que hagas, espero que seas muy feliz y disfrutes de estos - muchos o pocos - días de vacaciones...

El 27 volveré a encender el ordenador... Nos vemos entonces...

¡Feliz Navidad!

Pensativo...

Quizás sea cierto que estoy más pensativo que otras veces...
Quizás últimamente haya vuelto a darle vueltas a cosas que creía ya guardadas en los cajones de la memoria...
Quizás hayan vuelto nuevos miedos, nuevas incertidumbres...
Quizás sea que el resfriado que me ha encerrado en casa este fin de semana me haya dejado demasiado tiempo para mi solo, para mi música, para mis pensamientos...
Quizás sea que no se cómo decir algunas cosas, y por eso pienso y pienso...
O quizás, simplemente, este año la Navidad vuelva a traerme de regalo una pequeña dosis de melancolía.

No sé...

Sólo sé que el papel se ha vuelto a llenar de historias que hablan demasiado de mi y que, por eso mismo, acaban rotas en mil pedazos cuando acabo de escribirlas... que la guitarra vuelve a sonar pausada y melancólica, con canciones que olvidaré justo después de componerlas... que mis sueños vuelan de noche y de día, sin encontrar un lugar donde posarse...

Por eso...

Perdoname si estoy ausente, si miro demasiado al infinito, si no respondo cuando me llamas, si no sé decirte en qué estoy pensando... Ya sabes que, cada cierto tiempo, vuelvo a mi estado natural de extraña melancolía...

Apurando...

Hoy a las seis acababa el plazo para presentar las solicitudes de beca en el rectorado de la Universidad... A las seis menos cuarto salíamos felices del rectorado, con todos los papeles entregados a tiempo...

Antes de entregarlos había que rellenar una solicitud on-line... A las cinco, con la solicitud todavía sin rellenar, se ha ido la conexión a internet en toda la Universidad... Por suerte, el corte ha durado poquito, pero yo sigo buscando mi corazón, que en ese momento ha decidido abandonarme y empezar a vivir una vida más tranquila...

Becas...

Mañana tenemos que entregar en el rectorado los papeles de solicitud de las becas de investigación... Papeles, papeles, papeles... montañas de papeles...

Sensatez...

Pensaba contarte mi pequeña aventura burocrática de esta mañana... Y seguramente lo haría si no fueran las tres de la mañana y no tuviera que madrugar mañana...

Pero en un ataque de sensatez, extraño en mí, he decidido irme a dormir y dejar que las historias reposen un poco...

¡Buenas noches!

Cambio radical...

No se cómo me metí en este lio... En una noche de sábado, de ron y charla opinaron que debía cuidar más mi aspecto... y entre el humo del bar, la música y las bromas, me dijeron que, si les dejaba, iban a cambiar completamente mi imagen...

Y no se si fue el ron, si pensé que estaban de broma o que no se iban a atrever... O quizás fue porque realmente me apetecía... El caso es que acabé metido en este lio...


Primer acto: De compras por el Centro Comercial

Lo primero, por supuesto, renovar el vestuario... ¡Muerte a las camisas de cuadros!

El miércoles quedamos en el nuevo Centro Comercial de la ciudad. El trato era sencillo... Ellas elegían la ropa que traían al probador, yo me la probaba y, si las dos opinaban que me quedaba bien, entonces yo ya decidía si me la quedaba o no...

Creo que nunca me lo he pasado tan bien comprando ropa... Lástima que tuvieramos tan poco tiempo... Me probé cosas que nunca hubiera cogido yendo solo... ¡Y me encantó cómo me quedaban! Espero que repitamos pronto...

Segundo acto: El corte de pelo

Ella propuso cortarme el pelo... Teniendo en cuenta mis experiencias previas con peluqueros profesionales pensé... ¿Por qué no? Así que, armada con unas tijeras para pescado y una máquina para cortar pelo que cogió de casa de sus padres, empezó la operación Cambio de Look al son de la música de Björk.

En líneas generales, la operación fue bien... salvo un pequeño "huy, la máquina se ha puesto sola al uno". Así que llevo el corte de pelo que puse de moda la primavera pasada, sólo que ahora con el trasquilón en el lado izquierdo...

Pero, bueno... el perfil derecho quedó muy bien y el izquierdo ya crecerá... Al menos esta vez el trasquilón salió gratis... Y me encantan los gorros de lana...

¿Tienes sugerencias para el tercer acto?

Juramento...

Yo juro esta noche, delante de las estrellas, que antes de morirme tengo que subir a la peña de donde brota la vida y besar con mis labios el corazón de todas las cosas.

Francisco, el Buenagente

Gata...

Mientras la televisión escupe imágenes y ruidos que no consiguen llenar la noche, el teléfono duerme en silencio en un rincón...

Otro día más, la espera la llenarán los ronroneos de su gata, acurrucada junto a ella, dándole calor y cariño que no conseguirá calentar el extraño frío del alma...