En unos minutos apagaré el ordenador. La próxima vez que lo encienda estaré en Guada. Ahora toca acostarse prontito que mañana será un largo y duro día de regreso.
Pensaba resumir mis sensaciones de estas tres semanas por aquí pero son tantas que, sencillamente, no puedo. Es curioso cómo en tres semanas es posible dejar un sitio sabiendo que echaré muchísimo de menos a la gente que dejo aquí. Y es que soy un tipo con suerte: siempre topo con gente maravillosa que convierte cada una de mis estancias en el extranjero en un nuevo hogar temporal para mí. ¡El mundo está lleno de gente maravillosa!
En tres semanas he conocido a científicos realmente brillantes, que encima son cercanos, amables y encantadores, de los que he aprendido muchísimo, bastante más de lo que imaginaba antes de venir. Y no sólo conocimientos: he aprendido formas de trabajar, de cómo entusiasmarse por la ciencia, me he divertido en el laboratorio... y también me he divertido muchísimo con ellos fuera del labo, en barbacoas, cenas y excursiones. ¡Y me han invitado a volver! ¡Mola!
Y luego he tenido unos caseros y unos compañeros de casa excepcionales. Una casa de locos que ha acabado siendo un pequeño y temporal hogar. ¡Y me encanta poder decir eso!
Alguna de las historias concretas aparecerán quizás por aquí. Las demás, te las contaré cuando quieras, delante de una cerve!
Adios Berkeley... ¡Hasta pronto!
domingo, agosto 23, 2009
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