viernes, agosto 22, 2008

Vacaciones...

Te conté que pensaba escribir alguna cosa más esta semana, pero no puedo... Estoy agotado y lo único que me apetece hacer ahora es apagar el ordenador y no encenderlo en una semana. ¡Portugal espera! Así que las historias que quedaban sobre gentes, familias, amigos, IO y viajes tendrán que esperar.

El 1 de septiembre, ¡vuelta al cole! Hasta entonces cambio el pc por el papel y el boli, los libros, la carretera y la cámara de fotos. Me voy una semanita de vacaciones, que me la he ganado.

¡Hasta pronto!

martes, agosto 19, 2008

Andante

Es curioso pero una de las cosas que más trabajo me ha costado en estos dos años es volverme a centrar en el trabajo. Supongo que el cambio Berlin-Madrid fue demasiado grande y, encima, los problemas personales absorbieron a los laborales. Si estar descentrado hubiera afectado sólo a mi trabajo, la cosa no hubiera sido demasiado grave: alguna bronca de los jefes y poco más. Pero tengo estudiantes de doctorado a mi cargo, y estar descentrado en esos casos sí que es un problema.

La parte burocrática del asunto nunca ha ido mal. Es lo que tiene el papeleo: lo haces, y punto.
La parte docente, pues a ratos, sobre todo el primer año. Este segundo, por millones de motivos, ha sido una pasada. ¡Y es que será difícil volver a tener alumnos en clase tan motivadores como los que he tenido este año!

Pero la parte investigadora... Meses sin tener una buena idea, sin ser capaz de seguir las que tenían los chicos en el labo, sintiendo que más que aportar, frenaba lo que ellos iban haciendo... Más de un día y más de dos tuve ganas de tirar la toalla, de decirles que buscaran a alguien que supiera dirigir aquello... Ahora, ¡nunca jamás escuché una sola queja! Todo lo contrario... En los peores días, era Manu el que me llevaba de cafés y cerves, mientras escuchaba una y otra vez mis penas.

Ahora que todo pasó me doy cuenta de que, en el fondo, era más de lo mismo. Yo, yo y yo, en un perfecto monólogo que quizás duró demasiado tiempo. Y tampoco quiero darle más vueltas ahora que, a pesar del año de decepciones laborales que llevo, por fin vuelvo a sentir de nuevo la fiebre de la investigación recorriendo mis venas.

--------------------------------------------------

Escribir Cartas en este mes de agosto está siendo curioso. Me apetecía contarte lo que veía cuando miraba hacia atrás y al final es mucho más lo que no he escrito (pero me ha hecho sonreír al recordarlo) que lo que he acabado escribiendo (que también me ha hecho sonreír). Como siempre, gana la timidez...

El domingo me iré una semanita de vacaciones - ¡por fin! - así que, hasta ese día, aún me queda algo de tiempo para escribir Cartas mirando hacia atrás. En septiembre volverán cuentos pendientes, canciones, historias, futuros y risas...

viernes, agosto 15, 2008

Molto vivace...

Miro para atrás y encuentro música por todos los lados. Desde que soy peque la música siempre ha formado parte de mí, pero hacia tiempo que no lo hacía de este modo. ¡Va a ser cierto que vuelvo a ser el de antes, el de siempre!

Si me conociste hace tiempo, seguramente sonrías al entrar al salón de mi casa...

... porque el atril y las partituras te dirán que, doce años después, vuelvo a tocar la guitarra clásica. Una de las cosas que quizás no sepas de mí es lo duro que fue, hace ya muchísimos años, tener que elegir entre física o música, cuando dedicarse a las dos se hizo incompatible. Elegí física y supongo que hice bien, o que ya es tarde para pensar otra cosa. Ahora he vuelto a tocar, una hora diaria por ahora, para recuperar el ritmo perdido. ¡Quizás dentro de un año o dos vuelva a tocar como antes!

... porque la guitarra acústica y el ampli te contarán que de nuevo vuelvo a quedar para tocar, que han vuelto las beer&guitar en el parque. ¡Había olvidado lo divertido que era!

... porque los papeles sobre la mesa, el portátil encendido y la tarjeta de sonido dicen que he vuelto a componer nuevas canciones y a grabar las nuevas y las viejas. No se si te imaginas la ilusión que me hace que me eches una mano poniendo voces, guitarras, bajo, arreglos y demás...

... porque vuelve a haber programas y entradas de conciertos por todos los lados, conciertos de los que ya te he hablado por aquí alguna vez, muchas veces de grupos desconocidos, pero espectaculares en directo. Y es que la música en directo suena distinta. No recuerdo en estos dos años ningún concierto que me haya defraudado (seguramente porque cuento con asesores estupendos a la hora de elegir conciertos). ¿Cuándo vamos al próximo?

... porque la colección de CDs, originales y grabados, crece y crece... Porque si algo me mola, mirando hacia atrás, es que vuelvo a escuchar todo tipo de música, porque he descubierto (o me habéis descubierto) nuevas músicas de todo tipo que ahora llenan mi historia, porque podría vivir sin tele (seguro), pero no sin un equipo de música...

---------------------------------------------

Quizás por todo esto, quien sabe, es por lo que desde hace unos meses, los viernes Cartas se llena de música, a ser posible interpretada en directo... Hoy es viernes y, como no podría ser de otra manera, esta Carta termina con música...


martes, agosto 12, 2008

Adagio...

En aquellos días lloré mucho, más de lo que había llorado nunca. Pero incluso en aquellas noches interminables, hubo momentos que nunca olvidaré, momentos que quizás en aquellos días no valoré lo suficiente pero que, con el paso del tiempo, significan muchísimo para mi...

Como el hecho de que me acogierais en casa cuando no me apetecía volver a la mía, la noche en la que el suelo se hundía bajo mis pies...

O la noche que lloramos juntos y en la que luego te quedaste despierta mirándome mientras me dormía, para que no me sintiera sólo...

O la que me arrastraste de casa al bar para, delante de una cerveza, gritarme "quieres reaccionar de una vez"...

Cualquiera de esas noches escribiste conmigo un adagio triste pero maravilloso, primer movimiento de esta sinfonía.

-------------------------------------------

Fueron días de egocentrismo absoluto, en los que yo y sólo yo tenía problemas. Un poco lamentable, sí, pero supongo que justificable al fin y al cabo. Fueron días en los que empezaban a pasarme cosas maravillosas que yo quizás no supe apreciar ni agradecer. Cada una de las personas que me rodeaban y que me querían reaccionó a su manera, con muestras de cariño, afecto y amistad más allá de lo que podría esperar. Tardé algún tiempo en darme cuenta de que soy un privilegiado.

Tambien hubo reacciones extrañas, gente que sobreactuó o llamadas que nunca llegaron. En algunos casos quizás dí más importancia de la debida a aquello. La situación no sólo era difícil para mi. El tiempo me ha demostrado lo que me equivoqué al juzgar demasiado pronto a algunas personas. Los otros casos, simplemente los he olvidado.

sábado, agosto 09, 2008

Allegro, ma non troppo...

La pequeña sinfonía empezó a fraguarse una noche de hace algo más de tres años, cuando conocí en un parque berlinés, en un festival de cortos, a dos magníficos compositores. Fueron ellos los que me hicieron descubrir nuevos ritmos, armonías disonantes, arpegios imposibles... Se unieron a nosotros en bares y tabernas más músicos y compositores, fundiendo músicas de distintas partes del mundo en nuestras particulares jam sessions berlinesas, regadas con ingentes cantidades de cerveza. Entonces no lo sabía, pero allí se fraguó mi pequeña sinfonía.

Acostumbrado a tocar partituras escritas por otros, pensaba que lo peor que le podía pasar a un músico era encontrarse con una partitura en blanco, sin un guión escrito que interpretar. De repente, así me encontré hace dos años. Todas las notas se cayeron de mi partitura y me encontré sólo, con un pentagrama, y una partitura en blanco.

Para que te voy a engañar... Me hundí como se hubiera hundido cualquier músico. Pero poquito a poco, y con la ayuda de muchos, descubrí que sabía componer, me reencontré con el placer de crear y empecé a escribir lo que hoy es una maravillosa pequeña sinfonía...

Eso sí, allegro ma non troppo...

Por eso, el preludio de esta pequeña sinfonía que empiezo ahora a contar tiene que ir dedicado a ti, a vosotros, mi pequeña familia berlinesa.

jueves, agosto 07, 2008

Dos años...

Hace ahora dos años mi vida se hacía cachitos y no sabía muy bien por qué. El martes pasado miraba hacia el mar, pensativo y sonriente, dándome cuenta de que soy realmente feliz.

En medio, dos años de viajes, música, cerves, canciones, cuentos y sueños, de carcajadas y lágrimas, de bares y tabernas, de Berlin, Escocia, Madrid, Motril y otra montaña de lugares, de luchar por ideas imposibles, por sueños inalcanzables...
Un tiempo de redescubrir a los más cercanos, a esa familia de locos incondicionales que convierte cada momento en una pequeña aventura...
Dos años en los que he conocido gente maravillosa, de todo tipo, que me han hecho soñar, aprender, crecer y reír... y que se suman a los viejos compañeros de camino y que hacen que pueda decir que tengo los mejores amigos del mundo.

Ya sabes que soy un tipo vergonzoso y que me cuesta hablar de mí, pero me apetece hacerlo. Así que las próximas Cartas serán más o menos autobiográficas. Me conoces, y sabes tan bien como yo que las sensaciones más profundas me las guardaré para mi... Pero intentaré dejar algunas por aquí, que quizás sirvan de respuesta a alguna de esas preguntas que me haces y que nunca respondo...

Aunque ya sabes que, para las preguntas más personales, tendremos que esperar a encontrarnos los dos en una terracita, delante de unas cerves...

domingo, agosto 03, 2008

Pausa...

Cerrado por descanso de neuronas hasta el jueves (al menos)...