Soy de los que necesito leer algo antes de dormir. Ayer estuve releyendo alguno de las historias del Padre Brown. No se si has leído algo de este personaje de ficción, creado por Chesterton, mezcla de Sherlock Holmes y curita católico de pequeña iglesia de pueblo (si, dubhe, son los libros que prometí dejarte). Son historias cortas y fáciles de leer, lo que las hace estupendas cuando sé que el sueño no me va a dejar leer más de un puñado de páginas.
Como en todas las novelas policíacas, el padre Brown siempre descubre quién es el ladrón o el asesino... pero a diferencia del resto, tras hablar con él y hacer que le confiese su crimen, casi siempre le deja marchar.
Mira que he leído veces las historias de Chesterton o, al menos, las del primero libro, El candor del Padre Brown, pero hasta ayer, nunca me había fijado tan intensamente en este detalle.
Y dándole vueltas a esto, me quedé dormido...
Como en todas las novelas policíacas, el padre Brown siempre descubre quién es el ladrón o el asesino... pero a diferencia del resto, tras hablar con él y hacer que le confiese su crimen, casi siempre le deja marchar.
Mira que he leído veces las historias de Chesterton o, al menos, las del primero libro, El candor del Padre Brown, pero hasta ayer, nunca me había fijado tan intensamente en este detalle.
Y dándole vueltas a esto, me quedé dormido...
1 comentario:
Jejeje, solo falta pensar para quedarse frito, quizás por eso me entre tanto sueño cuando estoy currando o cuando estoy estudiando. Conclusión: pensar dar sueekajdfnñslanfklñsjdfnaklsjfndk(dormida sobre el teclado)
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