lunes, enero 19, 2009

Muelas...

Después de tanto tiempo sin escribir, hubiera molado un cuento, un relato o una historia divertida... pero no...

Me pasé la mitad de las Navidades con dolor de muelas, cambiando polvorones por Nolotil. Acabaron las vacaciones y pedí cita para el dentista. Ese mismo día se me pasó el dolor de muelas. Aún así, fuí al dentista. Me miró las muelas que dije que me dolían y no encontró nada raro. Eso fue el martes pasado.

Esta noche no he pegado ojo y, desde esta mañana, el lado izquierdo de mi cara ocupa el doble que el derecho. Así que ahora me doy al Neobrufén, que dicen que además es antiinflamatorio. Esta tarde pediré hora de nuevo para el dentista. Seguro que el día de antes de ir, se me pasa...

Los que más han ganado con esto son mis compis de curro... ¡No puedo protestar por nada! De hecho, no puedo ni hablar. ¡Con lo que me cuesta a mi estar calladito!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está demostrado científicamente que los males corporales huyen de los doctores como los virus huyen de los informáticos.

Diálogo típico:
ALGUIEN - Carlos, ¡te juro que en mi casa la pantalla se veía al revés, pero ahora todo funciona perfectamente!
YO - No, si me lo creo.