Cosas...

Cosas que puedes hacer en cuatro días de vacaciones en los que, a priori, no tienes planes...

• Charlar y filosofar durante horas en casa de una amiga, sintiendote como en tu propia casa (gracias por la pizza, las cerves y la conversación).
• Descubrir que tu hermano es un cocinero increíble (¡tienes que cocinar más!).
• Compartir unos bocatas al solecito, en Majaelrayo, al pie del Ocejón (¡a ver si repetimos pronto!).
• Imaginar cómo fue hace tiempo el monasterio de Bonaval (porque soñar es gratis).
• Salir de cañas por Tamajón con un amigo madrileño al que conociste en Berlin y ahora vive en Málaga (las próximas en Málaga).
• Pasear tempranito por una ciudad dormida, disfrutando de los primeros rayos de sol de la primavera (¿te dije que me encanta la paz de mi ciudad?).
• Tirarte bolas de nieve mientras corres hacia el coche en mitad de una nevada increíble (¿conseguiremos alguna vez hacer una excursión en día soleado?).
• Celebrar un cumpleaños con una estupenda comilona, que pudo haber sido en El Escorial y acabo siendo en El Bodegón de Sancho, en Guadalajara (espectacular la comida e impresionantes los postres).
• Acompañar a una amiga a desayunar en el hospital, sin saber muy bien qué decir (lo siento, princesa, me quedé sin palabras).
• Volver a tocar la guitarra con una partitura delante (intentando recuperar la habilidad perdida).
• Conversar un ratillo con mi padre, hacer tiempo para saludar a mi madre (a ver si las abuelas se van recuperando).

No tenía planes y no he parado... Y es que teniendote cerca, ¡cualquier plan merece la pena!

Aún así, han quedado pendientes cerves e historias contigo, que te fuiste de viaje, o contigo, que no me pude acercar a verte, o con vosotros, porque se me echó el tiempo encima y ya no había billetes... A ver si en breve podemos seguir compartiendo historias y aventuras...