...ahora que no nos vemos, he vuelto a aquellos vicios,
aprendí a echar de menos y nunca seré el mismo.
Enrique Urquijo
Gracias por seguir ahí, al otro lado, escuchando mis silencios... No sé lo que tardaré en volver a dejarte, lo que se espaciarán mis Cartas, porque sé lo que quiero hoy y lo que necesito, pero no lo que el futuro tiene preparado...
Por ahora he vuelto, entre otras cosas, porque echo de menos tu compañía...
Por cierto, ¿crees que en algún momento se aprende a echar de menos?
6 comentarios:
Si te digo la verdad, hace como un par de horas miré si había algo nuevo por aquí. Las viejas costumbres no se pierden.
No hay un día que pasee por la blogosfera, y no visite tu espacio, esperando encontrar más cartas tuyas...
Me alegro de que te hayas decidido a continuar tu bitácora. Nos seguimos leyendo amigo mío.
Dos cosas: enhorabuena, coordinador de gestión.
Y sí, creo que se aprende a echar de menos... cuando se pierde algo que se ama, cuando se olvida algo que se disfruta, cuando se acaba algo que nos esforzábamos por mantener... entonces, se echa de menos.
Un abrazo, celebro que hayas vuelto.
¡claro que se aprende a echar de menos! ¡yo soy una experta! ;-)
Yo creo que no se aprende a echar de menos. De pronto, el mundo y tú estás vacío... y hasta te debes tomar un tiempo hasta aceptar cual es la verdadera causa o causante.
Un abrazo.
Las Cartas ya están en el cartero espero que lleguen a todos los rincones, al igual que no hace mucho.
Saludos y bienvenido.
Hola, soy nuevo en esto y déjame tener la osadía de decirte que he creado un blog, aunque por supuesto, no te llega a la altura de los zapatos, pero estoy ilusionado porque... es mi blog. A tu pregunta...yo...respondo con otra pregunta...¿aprendemos algo con las experiencia de los sentimientos?
Lo dicho, perdona mi osadía de escribir al maestro.
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