Líos de familia

El traumatólogo que me quitó la venda el sábado y la fisioterapeuta que hoy me lo ha vuelto a vendar son hermanos, además de grandes amigos míos. Con uno y con otro, cuando éramos un poquito más jóvenes, vivimos grandes aventuras.

A Óscar, el trauma le veo más... a Berta, la fisio, hacía siglos que no la veía... Pero hoy en su consulta era como si no hubiera pasado el tiempo... Mientras le echaba un ojo a mi maltrecho tobillo nos hemos puesto al día y, entre risas, me comentaba que le extrañaba que Óscar me hubiera mandado a su consulta. Y es que ya cuando eran estudiantes nos aburrían con sus diversos puntos de vista sobre cómo curar esguinces y otras cosas desde el punto de vista de uno y del otro...

Siguiendo con la broma, le he comentado:

Berta, ya veo que la batalla entre traumatólogos y fisioterapeutas sigue abierta

- ¡Buah! Los traumatólogos pasan de los antiinflamatorios al quirófano... Todavía no han descubierto que hay cosas que se pueden hacer entre medias...

Y después, con una gran sonrisa, ha continuado...

- Cuando esto esté mejor caerás en manos de los de rehabilitación... y ya verás cómo nos ponen a los fisioterapeutas y a los traumatólogos...

Aparte de las bromas, entre los mimos de unos y otros el tobillo mejora día a día. Ahora la preocupación es si tendré que pasar por el quirófano o no. Estoy pendiente de una resonancia. Y es que nueve esguinces en el mismo tobillo empiezan a parecer demasiados.