Otro día más sin tiempo para comer... Había que acabar el resumen pronto... Al jefe le corría prisa enviarlo... Pasaste por aquí, me viste agobiado y te fuiste sonriendo, sin decir nada...
Diez minutos después volviste con un cuenco de fruta fresca, uvas y fresas, recién lavadas... Sin hacer ruido, para no molestar, las dejaste en mi mesa y dijiste: "para que vayas comiendo algo mientras escribes"... Y te fuiste sin darme tiempo a contestar...
Nunca me había sabido tan bien un puñado de fruta fresca, madura... como recién cogida...
No me lo esperaba... como no esperaba otro montón de detalles de estas semanas... Y es que, aunque en el trabajo todo vaya mal, compañeras como tu hacen que la vida, a ratos, sepa a fruta fresca...
jueves, abril 27, 2006
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5 comentarios:
Podría contarte mil cosas de buenos compañeros...
Y tienes razón...hay detalles que lo hace todo mucho más agradable..
Besitos..
Suerte tienes con esa compañia que tiene los hombros listos para un apoyo. Y la sonrisa mas fresca que la fruta. Abrazos, amigo.
Y es que los pequeños detalles, a veces son los que más cuentan.
Besicos
que suerte chico! con lo rica que están las fresas! ayys
besitos!
Siempre hay algo o alguien que nos hacen sonreir en los peores momentos :D
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