Hoy no...

Tengo tantas cosas que contar de los últimos días... pero no me sale... No hay una razón concreta... quizás la acumulación de muchas, pero han vuelto los días de melancolía que pensé ya lejanos...

Quiero que lo siguiente que aparezca por aquí sea un cuento, una historia de amor o una anécdota berlinesa... Por eso hoy no hay historia... ni quizás mañana...

Multikulti (III)

Kimura, recién llegado de Osaka, me acompaña desde el lunes en el despacho...

Ayer, sobre las 3 de la tarde, estaba intentando concentrarme, acabando de escribir un paper en el ordenador... cuando oí un ruido raro a mi espalda...

Y allí estaba él, cómodamente expandido sobre la silla, roncando a pierna suelta...


Me levanté despacio, cerré la puerta con cuidado y me fui al laboratorio un rato...

Frío Polar

Domingo... seis de la tarde... conduce ella... El sol entra por las ventanillas del coche y hace un poquito menos triste la cercana despedida... Cerca de Barajas miro el termómetro del coche... 9 grados... no está mal...

Unas horas después escucho:
En unos minutos aterrizaremos en el aeropuerto de Berlin-Tegel, donde el cielo está despejado y la temperatura es de 14 grados bajo cero.

Esta mañana ya son 18 bajo cero... Tengo el cuerpo helado por el frío... el alma triste por la despedida... Cuando me descongele del todo, escribiré algo más...

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Actualización: Mi jefe ha estado de congreso en el Caribe (sí, él es el jefe)... Ayer, bañandose a 26 grados... Así que para algunos el cambio ha sido de casi 45 grados... Siempre puede ser peor...

Hogares...

En unas horas... de nuevo a Tegel, de nuevo Iberia y de nuevo a España...

Y, cada vez más, se me acentúa esa extraña sensación en el estómago que ya no, ya no puede ser el miedo a volar, casi superado tras mi ración de avión mensual del último año.

Siempre he dicho que Berlin era un lugar de paso, que mi hogar nunca estaría aquí... Al fin y al cabo, esto sigue siendo algo temporal con fecha de caducidad... y mi gente, mis amigos, mi familia y sobre todo ella están allí, en mi tierruca... Por eso, los días de regreso eran de nervios, de qué habrá cambiado, de cómo estarán todos... y de inmensa felicidad...

Nada de eso ha cambiado allá, pero algo ha cambiado aquí... Los culpables son dos, que llenan de imágenes bellas, de risas y de cervezas mis días berlineses, que siempre tienen un plato de más preparado cuando voy a visitarles, que hacen que sienta que también tengo familia aquí...

Y aunque quizás te pueda parecer extraño, durante mis breves escapadas de Berlin, les echo muchísimo de menos...

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P.D. Entre las cosas compartidas con ellos, desde hace poco se encuentra Historias de Berlin, un lugar donde dejamos nuestros pequeños recuerdos, fotos y comentarios, y que estaremos encantados de compartir contigo...

Geografías...

...
mi memoria son tus ojos
y tus ojos son mi paz
mi paz es la de los otros
y no sé si la querrán
esos otros y nosotros
y los otros muchos más
todos somos una patria
patria es humanidad
...
(Mario Benedetti)

Quien sabe... quizás hagan falta menos políticos y más poetas...

Otro menos...

Mañana, Thorsten pasa a engrosar la lista de los que estaban cuando llegué y no estarán cuando me vaya... Y ya va pesando en el alma y doliendo en el corazón... Es lo que tiene este trabajo... Vuelas de un país a otro y al final dejas retazos de tu vida colgando de mil ciudades (en mi caso ya van cuatro) y, como tú, otros tantos...

Supongo que un par de litros de Becks ayudan a pasar el trago de la mejor manera posible... Al final, porque siempre llega ese momento de "que te vaya bien", se ha acercado cariñoso y me ha dicho:

"Lo bueno de este trabajo es que, quien sabe si nos volveremos a juntar. Ya sabes... Si vas por Canada... lláamame"

Lo que no se si merece la pena es tener tantas heridas en el alma a cambio de tantos países que visitar (pero no me hagais mucho caso... quizás haya vuelto a beber demasiado para evitar otra triste despedida).

noche de reyes

Un abrazo, unos besos, dos llamadas de teléfono y un te quiero fueron mis regalos en mi primera noche de reyes sin zapatitos en el balcón ni zanahoria para los camellos...

Y, que quieres que te diga... me sentí la persona más importante y más querida del mundo...

Y a tí, ¿qué te dejaron en el balcón?

Año nuevo...

y, de nuevo en Berlin... que me esperaba cubierto por un precioso manto blanco...

Como propósito de año nuevo, entre otros, dejar cartas por aquí con más frecuencia, aprovechando que el fin de las clases de alemán me deja un poquito más de tiempo...
Aunque supongo que me pasará lo mismo que con el resto de los propósitos... que el devenir de cada día hará que lo vaya olvidando...

En cualquier caso... feliz nuevo año a todos y, bienvenidos de nuevo a esta, vuestra casa, que tras diez días, vuelve a estar habitada, con la calefacción encendida y con olor a café por los rincones...

Ah... y dadme un poquito de tiempo y me pondré al día con todas las visitas que os debo...