Nueve de la noche en Berlin, suena el móvil... Llamada desde Guada... Que alegría me diste. Supongo que a estas alturas ya sabes que, a pesar de nuestras múltiples (y enriquecedoras) diferencias, te has convertido en una gran amiga.
Al principio me dejaste helado:
- Lucas. Tengo una noticia que darte... Estoy embarazada.
Pensé que cuando los amigos y conocidos empezaran a casarse y a tener niños me asaltaría un pánico existencial, un terror a envejecer... Ese "nos hacemos mayores", que aparece cuando van pasando los veintipico y se acercan peligrosamente los veintidiez.
Pero no, llevo dos días pensando en ti y en la gran noticia. Y me sentí feliz y emocionado de que quisieras compartir ese momento, de que me llamaras hasta aquí solamente porque "quería que te enteraras por mi", de saber que un nuevo mocosito o mocosita llenará de vida tu casa, a la que últimamente quizás le hacía falta una inyección de alegría (por cierto, admirable que nunca te haya falta el buen humor ni a ti ni a él con lo que os ha llovido encima últimamente).
Sabes, me da rabia estar tan lejos y no poder quedar de vez en cuando para ver como va todo, no poderte llevar flores al hospi cuando nazca, porque seguiré estando un poco lejos... Pero en estos tiempos que corren, de amores extraños e inciertos, me encanta saber que hay gente como tu que sigue llenando el mundo de vida, mucha vida...
viernes, agosto 05, 2005
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2 comentarios:
Bueno...siempre te quedará Internet. No igual que los contactos "carnales" pero uno no se siente tan lejos.
Un abrazo y pasa cuando quieras por mi blog
La verdad es que se siente uno mayor cuando tus amigos/as empiezan a casarse y tener descendencia.....
Es bonito que se acuerde de ti, y aunque no estes el dia de su parto, seguro que tu estarás con ella ese sía en pensamiento.
Un saludo
chau
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