Las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir… ni antes, ni después…
Y quizás por eso, justo por eso, hace dos días acabé a una hora absurda (una de la tarde), en un concierto de Smile, grupo que hace dos días no conocía y que ahora escucho en bucle…
Justo antes de terminar el concierto, cuando faltaban tres canciones, el grupo se bajó a cantar al centro de la plaza… una versión de REM, una versión de los Beatles… y, para terminar, una canción que me tiene atrapado desde entonces… y de la que habrá versión si esta vez toca ser valiente…
… tu eres de dulce, yo de salado…
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Música, música, siempre música… en el que puede que haya sido uno de los conciertos con mejor buen rollo en los que he estado últimamente… ¡y que nunca acabe la música en directo!