Y de repente, llegan imágenes del pasado que inundan el presente... Correos electrónicos escritos hace diez años, que se hacen actuales ahora...
Y, como tantas otras veces, hay dos posibles opciones: cerrar de nuevo la puerta del desván de los recuerdos, la opción habitual, o empezar a limpiar el polvo para, entre recuerdos e historias, volver a descubrir quién fui, quién soy y quién seré...
Y quien sabe, quizás esta vez sí, toque ser valiente...