Poquito a poco las cosas han ido fluyendo y nuestro sueño se va consolidando. Además, no estamos solos sino que ya somos cinco los soñadores y, cada vez que cuento nuestro sueño a alguien, aparecen más sonrisas, apoyos e ideas.
Y es que, como tantas y tantas veces me ha pasado en mi vida, soy un tipo con suerte. Seguramente, nunca tuve claro que sería posible hacer realidad el sueño... pero lo que puedo asegurar es que jamás pensé en tener los compañeros de camino que tengo.
Pero son ellas y él, con sus ideas locas, experimentos surrealistas preparados a última hora, broncas legales por email e infinita capacidad de superación los que hacen que todo ruede... Gracias al tiempo que dedican, a la creatividad que derrochan, a su trato cercano con los peques, a su ilusión infinita, la rueda gira y gira... Y cada vez que veo sus sonrisas delante de un café o una cerve en nuestras reuniones de coordinación sé que va a funcionar, que se va a hacer realidad... que, de hecho, es ya una pequeña realidad en forma de CREA2011.
Y yo, lo único que tengo que hacer es sentarme con ellos, escuchar, aprender y seguir creciendo y ¡disfrutando de mi sueño!
Si pasaís por aquí... ¡muchísimas gracias, pequecientíficos, por convertir semana tras semana un sueño en realidad!