Le digo a esa bestia negra y ciega que nuestra venganza será terrible porque a ese hijo de Antonio que está a punto de nacer le vamos a contar tantas cosas bonitas de su padre que parecerá que sigue vivo en cada rincón de Sevilla, de Andalucía y de España.
Cuando muere una persona, yo al menos no puedo evitar pensar más en los que se quedan que en el que se va... Por eso me parece precioso que Caparrós se haya acordado del peque que no conocerá a su padre y, sobre todo, que en medio del dolor le haya dejado un mensaje de esperanza...