Durante años construyó un bonito palacio, con sus grandes salones de baile, sus intrincadas escaleras, sus tapices colgando en las paredes y sus músicos tocando bellas melodías... En aquel palacio pasó años maravillosos y escribió cuentos e historias increíbles... Era feliz, inmensamente feliz. Pero un día, una terrible tormenta lo arrasó todo...
Durante semanas lloró, buscando entre los escombros todo aquello que pudiera salvar, lamentándose de su mala suerte, pensando qué podría haber hecho para que los cimientos fueran más sólidos,los muros más fuertes...
Los amigos se acercaron a él y, poquito a poco, en silencio, fueron trayendo nuevos materiales de construcción, aquellos que fueron encontrando por el camino... Y poquito a poco dejó de buscar en los escombros y aprendió a mirar adelante, a volver a juntar adobe con ladrillos, a pintar de azul cielo las habitaciones...
Por supuesto que sigue añorando su increíble palacio... De hecho, estoy convencido de que lo añorará toda la vida... Pero hoy pasé por allí y, junto a los escombros que dejó la tormenta se levantan los cimientos de una pequeña casita. Todavía queda mucho por construir, pero va teniendo una pinta estupenda...
Actualizando a las 14.30: Me ha dicho un amigo que debería empezarme a creer lo que escribo... pero, ¿no crees que es un gran paso volver a escribir cuentos y empezar a soñarlos?Y, de fondo, suena Fito...Dejate llevar, si el alma te lleva
Duele el corazón, cuando te lo dejas
cerca del final, donde todo empieza.